viernes, abril 07, 2006

El ARCHI-enemigo

Por Cristian Zúñiga

El discurso del ARCHI-enemigo

Escucho la transmisión de la ultima asamblea anual de ARCHI ( asociación de radiodifusores de Chile) la cosa comienza con la presentación hecha por el señor presidente de esta organización, hombre ligado a la derecha "democrática" chilena, que abre su discurso acusando a las radios "piratas" y también a las legales de mínima cobertura como el principal problema que afecta a sus socios comerciales en el Éter radiofónico nacional. Este señor de tono salamero, solicitó al representante del gobierno en esa actividad, el vocero Ricardo Lagos Weber, una fiscalización rigurosa a las radioemisoras "clandestinas" que opacan el buen funcionamiento de las potentes, y en su mayoría satelitales mega-emisoras con fines de lucro.


Bueno hubiese sido que el señor Lagos Weber recordara al club ARCHI , que la frecuencia modulada, al igual que las playas, caminos, ríos o desiertos, es propiedad del estado, o sea, de todos los chilenos, y no exclusividad de un grupillo de personajes los que en su mayoría, aprovechando la fraudulenta "bonanza" de la dictadura, compraron un importante numero de frecuencias con las que no sólo han sabido llenar sus sedosos bolsillos, sino que han aniquilado nuestra música popular, tergiversado información, fomentado la chabacanería y silenciado a las regiones. Esto último quedó de evidencia en el justo momento en que las egoístas y cortoplazistas mentecillas de estos empresarios de la comunicación, optaron por la señal satelital, dejando una planta única ubicada en la capital, y desechando las noticias, ideas y cultura de las regiones.

Lo cierto es que hoy las pocas emisoras que dedican su programación a difundir la cultura local, pertenecen al "terrorista" segmento de la mínima cobertura. Radios comunitarias, ciudadanas, libres o participativas que cobijan a estudiantes, vecinos, trabajadores, cesantes y personajes de a pie que de seguro nunca llegarán a ser considerados por los zares radiofónicos. A ellos la ARCHI los mira con temor, pues dejan en evidencia que la comunicación no es un bien exclusivo de las voces con poder adquisitivo o influencias partidistas-empresariales.

La ARCHI , la derecha y un sector de la concertación saben muy bien que entregar medios de comunicación a la sociedad civil organizada provocaría un giro radical en la configuración social de nuestro país. Comunicación es poder, y para estos señores el poder es su exclusividad. Quizás por esto es que en el congreso no existe la voluntad política por cambiar la ley de radios de mínima cobertura, una pésima ley que considera criterios técnicos y no cualitativos a la hora de entregar concesiones, lo que lleva a que la mayoría de las frecuencias, que deberían de entregarse a organizaciones ciudadanas, terminan en manos de inescrupulosos especuladores que lucran con estas emisoras, a vista y paciencia de la secretaría de telecomunicaciones.
Para el presidente de la ARCHI, los comunicadores ciudadanos somos unos terroristas merecedores de prisión. Para este señor los medios que no se rigen por los criterios del mercado son de desconfiar.


En este momento hay ciudadanos organizados que están siendo procesados por ejercer un derecho humano fundamental: el derecho a comunicar. En este momento hay equipos que costaron trabajo colectivo y que están apunto de ser requisados.

Bueno sería que este gobierno, que puso a la participación ciudadana como bandera principal de su campaña, brindara a las radios de la sociedad civil organizada un trato digno, acorde a los discursos en terreno de la actual presidenta, y no se caiga una vez más en la tentación de ceder ante el "aparentemente" pez más fuerte, para que nunca más los chilenos organizados, tengan que sentirse delincuentes por el sólo hecho de comunicar sus ideas.