viernes, marzo 31, 2006
Vade retro, Satanás
Por Cristian Zúñiga.
¡ Vade retro, Satanás!
Y a los metaleros se los funaron una vez más. Así como a principio de los noventa cuando el entonces obispo de Valpo, su santidad Medina, no permitió el ingreso de los Iron Maiden a Chile. Recuerdo perfectamente aquel año en que los pelucones engominados de la secundaria nos tuvimos que conformar con los especiales en MTV o una que otra fotito publicada por la estrella, que en ese entonces, al igual que ahora, denunciaba cual vieja histérica a los “hijos de Satán” que se aproximaban a este católico país nuestro.
Entonces, gracias a que militares, democratacristianos, copesa, el mercurio y uno que otro “sociólogo” experto en sectas tomaron en serio las surrealistas denuncias del señor Medina ( Según este exorcista del vaticano los maiden enviaban mensajes subliminales a los jóvenes motivándolos a tener sexo y a cometer crimen) nuestro acogedor país prohibió la entrada de los artistas británicos, dejándonos con las ganas de ver en vivo el show de la banda sonora de nuestra metalera adolescencia. Luego de esa acción ( una de las primeras arremetidas mediáticas del tirabuzón del diablo) Medina arrasaría con las revistas pornográficas de los kioscos porteños, gastándose las lucas del diezmo en quirquinchos, play boy, Hunter y otras que acumularía en las sagradas bodegas de la catedral .
Ahora el inquisidor fue un obispo calvo con pinta de empresario casapiedra: Duarte, el curita que al igual que su antecesor, se ha transformado en el regalón del club naval y de las principales navieras del topuer. A este se le ve poco en las calles céntricas o en los cerritos valparaisiacos, pues el hombre es un estudioso de Dios que desea arribar pronto al monono vaticano. Según el padre Duarte, los Deicide fueron algo así como los autores intelectuales del crimen del cura Gazziero, perpetrado hace un tiempo en la catedral metropolitana por el joven Rodrigo Orias, que en ese momento llevaba puesta una polera de la banda de deth metal. Esta vez el grito se puso primero en la municipalidad, la furia del obispo llego hasta el despacho del autollamado “ progresista cristiano” de Aldo Cornejo. Para el alcalde la visita de los Deicide no haría más que enfadar a católicos y evangélicos que verían con malos ojos una respuesta “ liberal” del regalón de la moneda, por lo que optó, al mejor estilo DC, por una salida “legal”, o sea, cargarse a la productora del evento hasta por el más mínimo detalle. Así fue entonces que la persecución se dio al mejor estilo de los ochenta, amenazando a dueños de locales ( el Huevo y Taybhe) amedrentando a los fans, advirtiendo a los padres, y aunque usted no lo crea, requisando la infra del teatro mauri ( local que a ultima hora iba a albergar a los inofensivos metaleros de nuestra ciudad ) Una vez más los poderes divinos y terrenales actuaron concertadamente en pos de un objetivo: Prohibir el ingreso de Satán a Valparaíso.
Ni el raciocinio cuantitativo liberal- progresista del actual alcalde, ni el profesionalismo periodístico defensor de la libertad y de la verdad del mercurio y la estrella, ni la inteligencia superior de nuestros ediles pudo con la plegaria hecha por el representante de Dios en el puerto.
Mi socio del Internet de calle cuming me muestra la entrada que no pudo cambiar por el show y me pregunta por que en santiago donde el alcalde es un UDI no se webió tanto por el asunto. De fondo escuchamos los guturales cánticos de los deicide y a mi mente se viene la hoguera provocada en medio oriente por una caricatura de mahoma hecha en Europa. Los fundamentalismos religiosos parecen estar de regreso, quien lo iba a decir.
Y es que no puedo dejar de comparar a esos alaracos y fanáticos seguidores del profeta árabe con el jubilado mercante, el inspector de liceo ,los neo-Quaquer del cerro alegre-concepción, la gorda del almacén , el canuto de la feria, la pendeja regatón, el chofer del coleto rodelillo-Barón o con Beltran Urenda . Todos dignos representantes de la fe porteña, esa que es capaz de apuñalar, torturar, violar, robar y castrar con tal de conservar intactas las leyendas inculcadas por sus antepasados.
Por ahora los metaleros porteños se deberán conformar con el “sucucho” o con uno que otro recital clandesta , la cosa no da para más, pues sus fantasiosas creencias mitológicas, en una ciudad como Valparaíso, pueden llegar a cobrar más vida de la que ellos mismos imaginan.
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2 comentarios:
¿que pasó cristian? publicando una cadenita. es antigua pos amigo mio. escribe tus pelas de cable po.
C H U P A E L P I C O !!!
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