Los Actores son Extraños

Los actores son extraños. Personajes ególatras, un poco erráticos y con una histeria consuetudinaria. La chica me hablaba de políticas medioambientales y hacía seudo análisis de la política chilena sacados desde la cabeza de algún predecible líder de opinión. La observaba con mi mente que a esa hora se posaba en su jugosa entrepierna, mientras mi cinismo le daba la razón y aplaudía sus mediocres apreciaciones de la realidad.

Pasamos a la pista a bailar el especial de Blondie, mientras ella me lanzaba chorritos de vodka con olor a colonia desde su boca que a ratos reía y a ratos expresaba muecas de rabia.
Tienes que ir a ver la obra, es sobre la vida sexual de Sara Kane, yo interpreto a una jonkie que termina enamorándose de ella. ¿Conoces a Sara Kane? Ella es como la Kurt Cobain del mundo teatral. Es mi referente, por ella aún continuo haciendo teatro.
Imagino a Sara Kane en la pista central del Máscara, desnudada y ultrajada por cientos de estudiantes de teatro, los que al ritmo de la canción Body, de Madonna, arrancaban cada órgano del frágil cuerpo de la dramaturga, para luego fotografiarse compulsivamente con sus estrafalarios celulares.

A esa hora mi único objetivo era convencer a la frenética muchacha de terminar la velada en mi nueva pieza de calle Colón, donde esperaba una botella. Luego de un par de intentos fallidos de besos en su boca, decidí instalarme a un costado de la pista a observar un video de Human League. Por un instante, mi cabeza se proyectó junto a esa actriz porteña. Yo me veía viejo y trabajaba en una pequeña oficina de una agencia de aduana. En nuestra fría casa, había un enorme cuadro con el rostro de Sara Kane y un montón de escenografías rotas, a medio pintar, y encima de estas, un quiltro pequeño y viejo. Ella pasaba gran parte del día frente a un espejo mediano y yo llegaba a las 7 con el pan y unas paltas.

Las luces se encienden y un guardia me ofrece sacar mi trago en un vaso de plástico. Al parecer la chica se fue con uno de sus compañeros. Un escalofrío recorre mi cuerpo y colores fuertes y groseros se vienen a mi cabeza. Los actores son extraños.

Zúñiga