Crecí en una familia canuta, Adventistas del séptimo día, una especie de talibanes que vivían pendientes y temerosos de la segunda venida de cristo a la tierra, esa visita donde castigaría a todos lo impíos inconsecuentes y desleales al mandato divino. Crecí recibiendo sermones y consejos de mi tío, un cuasi pastor, jubilado de la marina y que se tomaba muy en serio la ilusión del “hombre nuevo” en “la tierra nueva”.
En esa casa el factor culpa era el leimotiv de nuestras vidas, había que responder a las metáforas del libro sagrado y por sobre todo mantenerse consecuente con esa especie de ética canuta donde la fe, esa añeja y mediocre vacuna de los perdedores, pasaba dando latigazos a la razón y el juego.
Seguí creciendo y después de salir de la oscuridad de la sala de clases liceana me encontré de sopetón con la llama que encandece a los adolescentes faltos de cariño: El Rock y Marx. En la dinámica de recitales y barricadas encontré el afecto del escupitajo.
Entré en política, en la de base, cientos de asambleas y un discurso único: la oposición a un modelo, El Neoliberal. Desde entonces mi ideal y compromiso ha sido por una sociedad más igualitaria y con justicia social. Sin querer llegué a luchar por los valores que mi tío talibán abogaba y me predicaba “la solidaridad por sobre el egoísmo” “ la consecuencia como escudo frente a un mundo tentador”. Difícil para un egoísta como yo, para ese pendejo que no gustaba de prestar sus jugetes y que generaba dinámicas de entretenimiento consigo mismo.
De la izquierda me gustaba su heroísmo, los héroes son de izquierda, los ñoños de derecha (con los anarquistas lo paso bien, pero no me nace) Me sentí identificado con ese proyecto de vida que aspira a un sociedad libre de trabas (menos económicas, ahí si que hay trabas) y donde la igualdad se lucha en la calle, con marchas y fuego. Me entretuve en las barricadas y me causaba divertimento huir de los pacos y gritar consignas a favor de los muertos. En esa trinchera te sientes una especie de justiciero universal.
Seguí creciendo y los discursos antisistémicos me comenzaron a empachar, si bien la justicia social es algo que llevo entre ceja y ceja, el mediocre manejo político y la reflexión “con el gorro de lana que te tapa la cara” me causa dolor de guata. O sea, ver como la izquierda o los de “la trinchera opuesta al neoliberalismo” dejamos que los otros nos ganen por goleada. En términos futboleros podríamos decir que hemos sido buenos para la resistencia o “buenos defensas” pero incapaces de pasar la mitad del campo y marcar goles. Nuestra estrategia ha sido como la del fallecido Lucho Santibáñez, pensando siempre en el equipo rival y generando cualquier tipo de estrategia (hasta las más rudas) para bajarlo. Puedes empatar o ganar por un gol con esa formación, pero a la larga terminas siendo goleado o eliminado por malas prácticas.
Desde hace rato que no nos concentramos en nuestros atributos y potencialidades, en proponer un esquema de juego que nos devuelva el aliento del público.
Mi crecimiento etario viene acompañado de contradicciones que para algunos son imperdonables y hasta sancionables. La raja que así sea, a los que nos gusta el juego sabemos que sin ese vientecito en la cara y esa sensación de cosquilleo en la guatita, la cosa es para volverse predecible (con una pizca de vinagre). Ayer escuchaba Iron Maiden y hoy no podría mantenerlos 1 minuto en mi oreja. Hoy me gusta Javiera Mena y me encanta el Absolut con Red Bull. Ayer encendía barricadas y hoy soy capaz de sentarme por una hora a dialogar sobre temas ciudad con un alcalde de la DC. Hasta me compraré la última novela del Pato Fernandez. Es como funciona la cosa hoy, donde nos alejamos cada vez más del siglo XX y comenzamos a cachar que la cosa no pinta solo en blancos y negros, que la dialéctica radical de la revolución industrial, en la era de las nuevas tecnologías, pasa a ser una dialéctica de matices.
Quizás mañana me vire a escribir la mejor novela de todas y a cagarme de la risa por todo, total, mientras los porcentajes de desigualdad e injusticia se mantengan a la baja, yo me quedo en paz.
Y por último, si pudiera resumir mi color político: Quiero un Estado esbelto, alto y rápido y mi voto es para el Partido Comunista.
(Extracto de la novela “Confesiones de Primavera”)
En esa casa el factor culpa era el leimotiv de nuestras vidas, había que responder a las metáforas del libro sagrado y por sobre todo mantenerse consecuente con esa especie de ética canuta donde la fe, esa añeja y mediocre vacuna de los perdedores, pasaba dando latigazos a la razón y el juego.
Seguí creciendo y después de salir de la oscuridad de la sala de clases liceana me encontré de sopetón con la llama que encandece a los adolescentes faltos de cariño: El Rock y Marx. En la dinámica de recitales y barricadas encontré el afecto del escupitajo.
Entré en política, en la de base, cientos de asambleas y un discurso único: la oposición a un modelo, El Neoliberal. Desde entonces mi ideal y compromiso ha sido por una sociedad más igualitaria y con justicia social. Sin querer llegué a luchar por los valores que mi tío talibán abogaba y me predicaba “la solidaridad por sobre el egoísmo” “ la consecuencia como escudo frente a un mundo tentador”. Difícil para un egoísta como yo, para ese pendejo que no gustaba de prestar sus jugetes y que generaba dinámicas de entretenimiento consigo mismo.
De la izquierda me gustaba su heroísmo, los héroes son de izquierda, los ñoños de derecha (con los anarquistas lo paso bien, pero no me nace) Me sentí identificado con ese proyecto de vida que aspira a un sociedad libre de trabas (menos económicas, ahí si que hay trabas) y donde la igualdad se lucha en la calle, con marchas y fuego. Me entretuve en las barricadas y me causaba divertimento huir de los pacos y gritar consignas a favor de los muertos. En esa trinchera te sientes una especie de justiciero universal.
Seguí creciendo y los discursos antisistémicos me comenzaron a empachar, si bien la justicia social es algo que llevo entre ceja y ceja, el mediocre manejo político y la reflexión “con el gorro de lana que te tapa la cara” me causa dolor de guata. O sea, ver como la izquierda o los de “la trinchera opuesta al neoliberalismo” dejamos que los otros nos ganen por goleada. En términos futboleros podríamos decir que hemos sido buenos para la resistencia o “buenos defensas” pero incapaces de pasar la mitad del campo y marcar goles. Nuestra estrategia ha sido como la del fallecido Lucho Santibáñez, pensando siempre en el equipo rival y generando cualquier tipo de estrategia (hasta las más rudas) para bajarlo. Puedes empatar o ganar por un gol con esa formación, pero a la larga terminas siendo goleado o eliminado por malas prácticas.
Desde hace rato que no nos concentramos en nuestros atributos y potencialidades, en proponer un esquema de juego que nos devuelva el aliento del público.
Mi crecimiento etario viene acompañado de contradicciones que para algunos son imperdonables y hasta sancionables. La raja que así sea, a los que nos gusta el juego sabemos que sin ese vientecito en la cara y esa sensación de cosquilleo en la guatita, la cosa es para volverse predecible (con una pizca de vinagre). Ayer escuchaba Iron Maiden y hoy no podría mantenerlos 1 minuto en mi oreja. Hoy me gusta Javiera Mena y me encanta el Absolut con Red Bull. Ayer encendía barricadas y hoy soy capaz de sentarme por una hora a dialogar sobre temas ciudad con un alcalde de la DC. Hasta me compraré la última novela del Pato Fernandez. Es como funciona la cosa hoy, donde nos alejamos cada vez más del siglo XX y comenzamos a cachar que la cosa no pinta solo en blancos y negros, que la dialéctica radical de la revolución industrial, en la era de las nuevas tecnologías, pasa a ser una dialéctica de matices.
Quizás mañana me vire a escribir la mejor novela de todas y a cagarme de la risa por todo, total, mientras los porcentajes de desigualdad e injusticia se mantengan a la baja, yo me quedo en paz.
Y por último, si pudiera resumir mi color político: Quiero un Estado esbelto, alto y rápido y mi voto es para el Partido Comunista.
(Extracto de la novela “Confesiones de Primavera”)
10 comentarios:
Copias y pegas. Así harás una mala novela.
Te recomiendo, según los mismos canones "modernos" de quienes te enseñaron esa frasesita para el bronce "la dialéctica de los matices" TRABAJES y rumees los conceptos claves de tu prosa. No se saca nada hacer terapia, uno debe ser un creador. Tienes que atar cabos, si haces una analogía entre canutos e izquierdistas quemapacostirapiedras, continúa, fundamenta, evoca, inquieta con nuevas asociaciónes. Si querés de alguna forma meterte en el orto a las consecuencias, tendrás que someterte a una consecuencia. Esa consecuencia es admitir que no hay certezas nisiquiera desde ese "cagarme de la risa" y estudiarte, quizas con dolor de guata y cosquillitan en el duodeno, para saber dónde carajo está el objeto de tu risa. Dónde está el principio de tu placer. Ya descubriste porqué buscabas el rock y a marx. eras un adolescente extraviado y huerfano. ¿Cual es tu leimotiv ahora para emparentarte con el poder? No será que hoy eres un adulto extraviado y huerfano? No será que en el Estado buscas el "órgano" el falo tetémico?? la estructura de poder?? Hablanos de tu sentimiento de "hijo prodigo" Cuentanos la mística que tiene hablar con el Alcalde democrata-cristiano. Comparte con tu lector el espiritu pentecostal que baja en forma de lenguas cuando tomas del brazo a Paulina Urrutia.
Crees realmente en la "evolución", en el avance de los tiempos?
Sin duda eres un juventón Modernista, pero para escribir tienes que ser más que un buen tipo ecléctico, que toma absolut con red bull pero aún no sabe qué chaqueta comprarse ni el mejor estilo para su pelo afroaméricano.
Transar sin parar, para estar en el futuro ¿pero qué futuro? en que te cimentás Zuñiga¡¡ Tenemos que ser algas en una tempestad, pero jamás volantines sin cola, los chupetes para los mamones.
Sin miedo. Cualquier cosa pero sin miedo, y desde tierra firma. El lenguaje es el puente entre la realidad y la ficción. Hace falta que cultives esa ficción, que atesores tu mito fundacional y que desde ahí nos hables. Ten cuidado con la locura...que anda rondando y siempre ofrece una buena taza de cafe, uno amargo que agujerea sin piedad el cólon de los incautos.
Parece que una vez más los CREYENTES en el DICSURSO y el AUTOR han confundido unh texto claramente rotulado como "Extracto de" con tus confesiones o algo así. Putas que hace falta el Análisi Crítico del Discurso y los Estudios Literarios por acá. Creo que te haz encontrado otro Escritor disfrazado de comentador anónimo que es Más-Descontento_Agudo-Y -Crítico-Que-Tú.
Dice que copiando y pegando harás una mala novela. Tal vez. Vivan las Malas Novelas. Pero seguramente resultará un buen texto. Sugerencia: copia y pega el comentario de este anónimo genio fabricado en masa por la universidad de mercado e inclúyelo en tu texto. Ellos odian eso.
Vota Neoista.
Aaaaahhhh....Y por supuesto, se trataba de un "creador". O de alguien que nos dice que se "debe " serlo. ¿Estos hueones no se saben predecibles? Lo triste es que viven en la negación: de Joyce, de Pessoa, de Acker, de Home...
Pobres ilusos. Ellos nos quieren cuidar también de la locura, parece que tampoco valoran a Breton. Son los "sanos" de este mundo. Ellos están sobre aviso de algo muy importante.
No ajuste su pantalla, señor Zúñiga: es la "realidad" la que está fallando.
Un Sobe.
Terror
Por fin se preocupa de su blog, da gusto. Me gusta esa pluma sin mayor pretensiòn, ese es el remedio, continue. Saludos.
Rick: me da asco ver cómo te sigues entreteniendo en palmotear la espalda a este pelotudo que desinteresadamente le presta el culo al poder. Nada más me gustaría saber cual es el impulso que le empuja a bajarse los pantalones con tan fiera racionalidad. Ea es la locura que a mi me atora, esa de multitudes de espantapájaros cuidando los granos ajenos mientras sus tripas son devoradas por buitres, como yo.
Lea a Lacan, y deje de hacerse el super mateo. chistoso que sea critico del crítico, eso es como el hongo en el hongo. Mejor preocupese de su amigo y entienda a qué locura me refiero, mire que como va la cosa va a terminar en la única forma que existe hoy de ser un rockstar y que es siendo politico. Da igual que lo sea, pero uno con estilo, no un guatón colarado con el intestino perforado de malos cafes y happy hour en el salon rojo.
PUDRANSE
y no le creo eso de de la falta de pretensión, lo unico que hace este cabro es pretender, aspirar, pensar en futuro. Estaría mejor que viviera el presente sin tanto nudo en la garganta...y todo esto lo digo por que le quiero. SEA FELIZ. amén
Uy que miedo me da escribir en mi blog, porque no me dicen cosas bonitas? Saludos a todos los que exiten acá, les quiero.
No sea leso
Mire y lea
http://gregoriobermudez.blogspot.com/
Querido anónimo que te dirijes amí haciendo una pausa en tus lecturas de Lacan: sé perfectamente a qué apuntas y hasta lo comprendo. Ya verás que cuando haga un intento serio de criticar a este crítico, te bajarás solito los pantalones para que te la meta hasta la graganta y me pedirás más, mucho más de mi objeto no tan pequeño a. Usted no se va a sacar un premio a la sagacidad descubriendo que Zuñiga quiere por lo menos tener la coquetería de jugar con la idea de ser un político profesional. Y si lo que desea de un político para legitimarlo es que "tenga cuento", váyase a la conchadesumadre, estúpido y banal miembro de las mayorías silenciosas con delirio de francotirador al peo. No le recomiendo sanas lecturas sino que se tire al mar de una buena vez o revele que es otro puto conspirador comunoide o chilefuturista atizando a este pobre tonto con su psicología invertida.
ke tal zúñiga???
ecléctico y polémico como "bazar infierno" no????,
bueno estoy un poco desactualizada de la placeres, y del puerto en general ... cuanto gusto me daría volver a coleccionar bares tomando birra y miradas lánguidas efecto del alcohol, por supuesto,
Besos, SALUDAR y SALUD!!!
¿De qué te escondes?
Cambia el color de fondo, actualiza el perfil, elige una plantilla, deja
comentarios en otros blogs, escribe a diario, sé creativo, mira tus visitas,
busca en Google blogsearch, actualiza Technorati, manda pings a medio mundo,
cuenta los enlaces, plantea nuevos widgets...
¿A alguien le recuerda al inicio de Trainspotting?
Viendo The Tenants, una película dónde sale Snoop Dog como escritor fracasado,
escuché ésta frase de una chica tremenda que hace arte dramático:
-Dejaré el teatro, de hecho, me dio el venazo de hacerlo como salida, como huida
para no enfrentarme a quién era yo realmente. Claro, eso salió en la terapia.
¿Cuantos escritores noveles se esconden de sí mismos pretendiendo convertirse en
artistas?.
A mi me dio qué pensar...
Publicado por Vanity
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