Estoy en un bareto de calle Huérfanos descansando de los decibeles rockeros, cuando en eso aparece Britney Spears con un vestido transparente y sin ropa interior. Está con un sobrepeso que la hace ver como cualquier mujer Chilena del siglo XXI y un moño enorme.
Pide una piscola, Alto del Carmen, ojea LUN y enciende un cigarrillo. La presencia de la otrora reina del pop mundial y ex jovencita sex simbol de occidente pasa desapercibida en este local tipo fuente de soda que a esa hora contaba con no mas de 10 parroquianos.
Trato de no mirarla fijo ni tan seguido para que no se percate de mi estado de sorpresa y fascinación. Recuerdo aquel beso con Madonna, las dos rubias enmudeciendo al jet set gringo con su apasionada muestra de admiración. Fue ese beso el que marco un antes y un después en la vida de Britney. Como si en ese preciso instante la cuarentona británica le hubiese penetrado su virginidad popera que ya empezaba a florecer.
Pienso en como y porque elegir Chile, si es un país tan farandulero, de seguro los seudo-periodistas del jet set criollo se la devorarán. ¿ Habrá venido a rehabilitarse a alguna comunidad espiritual del cajón del Maipo? ¿ O habrá escuchado de las “buenas manos” existentes en la Legua? ¿ O será la invitada del primer capitulo de la nueva temporada De Pe a Pa? Lo cierto es que en la mesa del frente tengo a la rubia totalmente risueña, despreocupada y a punto de terminar su piscola......... Esta historia continuará ( Y en este mismo blog)
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