miércoles, diciembre 31, 2008
Al final del día.
¿Que ocurre al final del día? Al final del día los chilenos rezan, porque sienten culpa, dijo un gran amigo, apropósito de una conversa sobre el escenario político y electoral 2009. Al final del día aparece la calentura loca que te mueve a los bares lascivos, o la almohada fiel, haciendo las veces de alguna ex. Al final del día sale la ropa sudada, los músculos se relajan. Al final del día, uno abraza con amor y se acurruca junto a esa persona importante o apretuja el corazón con la angustia del desdichado.
Terminamos el año con más incertidumbres que la cresta, la mayoría cagados de miedo por lo que vendrá. Algo se siente en el aire venir y ese algo tiene aterrorizados a los jinetes del éxito ochentero. Y no me refiero precisamente a la crisis, ni a ese cuco del desempleo o del vivir en la pitilla. Es el cambio generacional, por fin ha llegado y a algunos los tiene aterrados, con crisis de pánico y angustia histérica. Llegó el momento de asumir eso que tanto nos gustaba criticar. Llegó el momento de concretar nuestros ideales, de salir a la cancha y ejecutar nosotros mismos las jugadas que fantaseábamos en el play station. Llego la hora de aplicar esos mensajes dejados por aquellos atormentados ideólogos de siglos pasados. Llegó el final del día, y tenemos la opción de mandar todo a la cresta y ser meros observadores, llorar de susto, o dormir con la confianza en lo que hemos ido sembrando, sabiendo que la cosecha está a la vuelta de la esquina.
Al final de este último día del año, y permítanme lo cliché y hasta mamón del asunto, pero al final de esta jornada, creo firmemente en lo que estoy haciendo. Ahora más que nunca duermo con convicción. Si bien nadie, ni el más prestigioso analista, saben para donde corre esta micro, recurro al recuerdo de mi abuelo (marino y boxeador) y sus arengas mañaneras “Hay que poner huevos cabro, hay que poner huevos y no esconder la cabeza” (notable boxeador, de nivel internacional el viejo)
Y aquí vamos, estamos listos para entrar a la cancha. Nos hemos preparado durante mucho tiempo y sabemos que somos buenos. El rival está cansado y hasta observa con admiración. Los miedos, a los miedosos. El viento en la cara para nosotros, los porrazos también. Los errores nos enseñarán.
Al final de este día, siento una tristeza enorme, pero sanadora. Es el cambio de ciclo y un cosquilleo aborda mi guata. El desafío se toma. Buenas noches.
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4 comentarios:
Notable Zúñi. Me gusta esa desición y convicción con la que te expresas. desde hace tiempo que siento una admiración hacia lo que haces. gracias por todo. No cambies. Pame
que tal zuñiga
Feliz año nuevo!!!
no lei el texto, así que no tengo comentario alguno
Saludos
Gregorio "El retirado" Bermúdez
Ahora más que nuca, dejenos con la boca abierta y cambie a el señorito lagos, nepótico y fistulado, por el ángel vengador, el mesías, el liberador de la raza.
yo creo en usted.
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