El Factor Marea Roja

Desde que tenemos uso de razón y a medida que nuestro intelecto y desarrollo cognitivo progresan, comienza a grabarse a fuego en nuestras conciencias y corazones aquellos emblemas retóricos promocionados por moros y cristianos criollos, “Chile es un país serio y las instituciones funcionan”. Nos enorgullecemos de nuestra “honesta” y “severa” policía cada vez que viajamos a un país vecino. Nos burlamos de los presidentes con rasgos indígenas y maldecimos a aquellos que expropian instalaciones transnacionales.

Y es que de seguro esa “marea roja” desideologizada, símbolo del país aspiracional, endeudado y mal educado. Aquellas ratas del laboratorio neoliberal de las cuales se enorgullecen sus creadores a través de columnas, espacios televisivos o asientos ministeriales y parlamentarios. De seguro esos chilenos pecho de paloma, en su borrachera de despilfarro futbolero, se jactarán frente a sus pares argentinos por las bondades que otorga el ordenado y eficiente sistema chileno, enrostrándoles sus decenas de tarjetas crediticias y su rechonchete pasar.

Se trata del mismísimo chileno estafado por La Polar y la educación privada. Ese tozudo y esforzado hijo del Chile post pinochet, que al regresar a la resaca de las 48 cuotas, se hará más pobre. Aunque lo veas en su muro de facebook con cientos de fotos, zampandose sendos bifes chorizos o cruzando la cordillera, ese compatriota estará en situación de miseria y resentimiento hacia sus pares, la patria y el mundo.

¿Y como aprovechar ese egoísta descontento del frankenstein neoliberal, para sumarles a movilizaciones contra el cableado de Hidroaysen, el saboteo a elecciones municipales o marchas contra el lucro, banca, retail y el modelo dibujado por Pin8? Quizás, abandonando el arrogante canuteo antisistémico y asumiendo que todos, al final del día, hemos actuado como monitos de laboratorio. Como una marea roja.

Porque el cambio cultural comienza con el desplome del paradigma de los últimos 30 años. Porque las instituciones no funcionan, el espíritu de la ley opera como ramera del poder y el modelo económico arruina y roba a la gran mayoría.

En la medida que nuestra marea roja reconozca el desplome de las máximas portalianas y reniegue del bautizo Chicago boys , comenzaremos a hablar de revolución y de la apertura real de las grandes alamedas.

ONDA EXPANSIVA

Generación de cuarentones y cincuentones exitosos, progresistas y bilingües, quienes motivados por el legado político de sus exiliados padres, decidieron fundar en un nevado y encumbrado paisaje una corporación orientada a influir en las políticas públicas del país. Era el nacimiento de lo que ellos mismos bautizaron, con su bien modulado ingles think thank liberal.

A esta generación de profesionales con magíster y doctorados obtenidos en aulas norteamericanas, amigos de ministros, ex ministros e hijos de ministros concertacionistas les dio por escribir papers y publicar escritos en los medios predilectos de la clase política y económica criolla, a través de los cuales aplicaban latigazos estadísticos y “científicamente rigurosos” a los lideres concertacionistas, a quienes trataban implícita y explícitamente de amateur, chasquillas, remolones y apolillados ideológicos.

Y fue así como estos mateos del FMI cautivaron las aspiracionales cabezas de los líderes del arcoiris, que a esa altura del partido jadeaban al hablar desde casa piedra sobre crecimiento económico y cifras macroeconómicas. Llegaron como anillo al dedo los relatos numéricos de Velasco, las predicciones de Navia y las charlas de Bitrán. Un sostén argumental para las justificaciones de los ex cabezas de pistolas y ahora veneradores de privatizaciones y trajes Armani.

Entonces la mujer presidenta, el hito máximo de la nueva centro izquierda mundial, sorprendió a escépticos conservadores y románticos socialistas al instalar mayoritariamente en su gabinete a los socios de esta no tangible corporación, develando que lo suyo era el tema mujer y la sonrisa maternal por sobre cambios económicos y políticos de fondo . Ahora los puentes, la minería, energía, transantiago y billetera del país estaban en manos de estos muchachos crecidos al ritmo neoliberal.

Hoy la realidad es otra. El gobierno no necesita dar pruebas de blancura ante el empresariado. El FMI junto a la economía de USA dejaron de ser faros para analistas y ministros de economías emergentes. La nueva forma de gobernar ha sacudido la alfombra país derivando en liberales concertacionistas que ahora lucen chapitas en contra de Hidroaysen y aprueban descuentos del 7 por ciento para jubilados, mismísimos proyectos que ayer rechazaban argumentando "responsabilidad de gasto" .

¿ Y que pasa con expansiva hoy? Para ellos ( a excepción de Pato Navia) la derecha sigue siendo un reducto demasiado autoritario y la concertación una cueva de neofitos politiqueros.

En una de esas, la onda expansiva esta preparando silenciosamente su nuevo aterrizaje en la moneda, con vista a esa nieve que otorga rigor y enfría cabezas, por supuesto, de la mano de su madrina mágica. Mal que mal, Andrés Velasco ya se instalo en USA… y bien cerquita de Michelle.

¿QUIERES QUE CAIGAN? NO PAGES

El modelo actual no existe sin deudas. Sin el endeudamiento masivo de los compatriotas del siglo XXI deja de funcionar la maquinita ultraliberal del Chile post Pinochet. Sin ese dinero ficticio traído desde el futuro por multitiendas y bancos, para resolver nuestras urgencias y saciar ansiedades consumistas, dejaría de existir el deporte favorito de corporaciones y vertiginosos empresarios: La especulación.

Así de claro, sin deudas se mueren los bancos, retail y la burbuja bursátil. Sin ese dinero invisible se acaban las sociedades anónimas, la salud y educación privadas, las pensiones jugadas en el casino y los gobiernos transnacionales.

¿Pero como terminar con las deudas? Difícil que a partir del no endeudamiento de nuestros compatriotas, pues para eso tendríamos que lograr un radical cambio cultural que derive en un desprecio absoluto de todos a las tentaciones ofrecidas por el mercado. Poco probable, más bien una utopía.

Pero si comenzamos sistemática y virilizadamente con una campaña que denuncie de manera fácil y evidente las estafas cometidas por la banca y retail, dejándoles a ELLOS como los sinvergüenzas y a los deudores como victimas, movemos el paradigma instalado por estos mercaderes depredadores. Por ejemplo, logramos que esos afligidos ciudadanos deudores, morosos, molestados por cobros insistentes vía teléfono, en juicios, vías de embargo o embargados, pongan pecho de paloma y se nieguen a pagar abusivas cifras a estas S.A.

Una campaña en que todo un país se niega al unísono a pagar sus cuentas a multitiendas y bancos. Una campaña que se expone como la forma más efectiva de botar el modelo legado por Pinochet. Si bien las deudas continuarían y hasta se acrecentarian, su no pago con convicción, derivaría en una catastrofe escalonada que alcanzaría a todos los que lucran a nuestra costa.

Porque para extirpar el modelo neoliberal no se necesitan revoluciones comandadas por milicos de izquierda, ni por reformas desde el parlamento , ni por las bombas de anarcos. Basta la organización ciudadana respecto a un tema que nos atañe a todos: La deuda. Un ponerse de acuerdo, desde la convicción que debemos generar con argumentos sólidos y el empujoncito de las redes sociales, para dejar de pagar nuestras cuentas todos a la vez.

Y es que si Chile deja de pagar sus cuentas, el modelo se cae inmediatamente, como un vampiro expuesto a los rayos del sol.


NO PAGES TUS CUENTAS A LA BANCA Y RETAIL.

AQUI ESTOY

Googleando llegaste a mi? Aquí estoy, soy como una casa con la puerta entreabierta. Te asomas y ves pocos muebles, dos plantas, una mesa blanca sin mantel, 1 computador viejo, el mar y la tierra del cataclismo. Yo ando caminando por ahí, haciéndome el perdido, a veces el despechado y otras cuantas el winer.

Hay Cristianes Zùñiga que son futbolistas, otros contadores y uno que otro alumno de aulas latinoamericanas. Pero al parecer soy el primero de la lista google en Chile gracias a este blog. Poco me importa, pues este apellido me pertenece tanto como las ganancias de google.


Si encuentras algo de mi puño que te deje con la boca abierta, no lo creas, pues ya me arrepentí de aquello, o mejor dicho, ya cambié de canal. La vida me da muchos canales y se me pasa en un constante zaping.